Las Grasas Omega-6 Contenidas en los Alimentos Procesados y Fritos Pueden Aumentar Masivamente su Riesgo de Enfermedades Cardiacas

Grasas Omega 6

Historia en Breve -

  • Un consejo alimenticio sobre las grasas y el riesgo de enfermedades cardiacas ha sido cuestionado por las investigaciones que demuestran que sustituir las grasas saturadas de origen animal con grasas poliinsaturadas omega-6 de origen vegetal está relacionado con un aumento de la mortalidad entre los pacientes con enfermedades cardiacas
  • Investigaciones recientes también encontraron que las personas que llevan una alimentación tipo "sureña", conocida por sus alimentos fritos, tuvieron un alarmante aumente de un 41 por ciento en el riesgo de derrame cerebral
  • De acuerdo con un estudio nuevo, limitar su consumo de grasas omega-6 y aumentar el consumo de grasas omega-3 durante el embarazo puede dar lugar a un bebé más sano. Los niveles de omega-6 en la sangre de las mujeres durante el embarazo estuvo positivamente correlacionado con la masa grasa de sus hijos en las edades de cuatro y seis años
  • Si usted desea mejorar su salud en general, así como su nivel de energía y prevenir problemas de salud como las enfermedades cardiacas, cáncer, depresión, Alzheimer, artritis reumatoide, diabetes, colitis ulcerosas y otra serie de enfermedades, una de las estrategias más importantes a su disposición es aumentar el consumo de grasas omega-3 y reducir el consumo de grasas procesadas como las omega-6

Por el Dr. Mercola

Un artículo reciente publicado en el British Medical Journal (BMJ) cuestiona un consejo alimenticio convencional. De acuerdo con la Asociación Americana del Corazón (AHA), los estadounidenses no deberían reducir su consumo de grasas omega-6 (aceites vegetales) e incluso podrían beneficiarse de consumir un poco más.

La AHA ha recomendado durante mucho tiempo y actualmente lo sigue haciendo, obtener al menos del 5 al 10 por ciento de sus necesidades energéticas de las grasas omega-6 y también enseña que reducir el consumo de los PUFA omega-6 de los niveles actuales probablemente aumentaría su riesgo de enfermedad cardiaca coronaria.

Desafortunadamente, esto en lugar de mejorar su salud la empeorará, ya que comer muchas grasas omega-6 dañadas, así como comer muy pocas grasas omega-3 prepara el terreno para todos los problemas de salud que usted desea evitar, incluyendo las enfermedades cardiacas, el cáncer, la depresión, el Alzheimer, la artritis reumatoide y la diabetes, sólo por mencionar algunos.

La mayoría de las personas, especialmente los estadounidenses, padecen de este desequilibrio en la relación entre las grasas omega-3 y las grasas omega-6 y para corregirlo, por lo general se necesitan hacer dos cosas:

  1. Disminuir significativamente el consumo de grasas omega-3, evitando los alimentos procesados y los alimentos cocinados a altas temperaturas utilizando aceites vegetales
  2. Aumentar el consumo de grasas omega-3 de origen animal que son buenas para el corazón, tales como las del aceite de krill

Información que Faltaba Sobre Pruebas Anteriores que Confirma los Daños Causados por Consumir Mucha Omega-6

El mito de que los aceites vegetales (ricos en grasas omega-6) son más saludables para usted que las grasas saturadas de origen animal ha sido difícil de desmentir. Pero la verdad no puede esconderse por siempre. De acuerdo con un comunicado de prensa de la BMJ:1

“El consejo alimenticio sobre las grasas y el riesgo de enfermedades cardiacas es puesto en duda en bmj.com ya que las pruebas clínicas muestran que sustituir las grasas saturadas de origen animal con grasas poliinsaturadas omega-6 de origen vegetal está relacionado con un aumento en el riesgo de muerte entre los pacientes con enfermedades cardiacas.”

No fue posible realizar un último análisis en profundidad sobre los efectos en la salud causados por el ácido linoleico (LA) omega-6 en las enfermedades cardiacas coronarias hasta ahora, debido a que la información sobre el estudio Sidney Diet Heart estaba desaparecida.

Esta fue una prueba aleatoria controlada realizada de 1966 a 1973. Investigadores de los Estados Unidos y de Australia recuperaron la información original y por medio de métodos estadísticos modernos fueron capaces de comparar las tasas de mortalidad por enfermedades cardiovasculares, enfermedad coronaria, así como todas las causas de mortalidad.2

“Su análisis involucró a 458 hombres de 39 a 59 años de edad que recientemente habían tenido un episodio coronario, como un ataque cardiaco o un episodio de angina. Los participantes fueron divididos en dos grupos al azar,” escribe BMJ.

“El grupo de intervención fue instruido para reducir el consumo de grasas saturadas (de origen animal, las margarinas y mantecas comunes) a menos de 10 por ciento de consumo energético y aumentar el ácido linoleico (del aceite de cártamo y margarina poliinsaturada de aceite de cártamo) a un 15 por ciento de consumo energético. El aceite cártamo es una fuente concentrada de ácido linoleico omega-6 y no proporciona los PUFA omega-3.”

El grupo de control no recibió ningún consejo alimenticio en particular y se le permitió comer lo quisieran. Ambos grupos mantuvieron este tipo de alimentación por un promedio de 39 meses. Los resultados demostraron que:

  • El grupo de ácido linoleico omega-6 tuvo un riesgo 17 por ciento más alto de morir a causa de una enfermedad cardiaca durante el período del estudio, en comparación con el 11 por ciento que hubo entre el grupo de control (aquellos participantes que no recibieron ningún consejo alimenticio)
  • El grupo de omega-6 también tuvo un riesgo mayor de mortalidad por cualquier causa

He dicho en repetidas ocasiones que es sumamente importante mantener un equilibrio adecuado en la relación entre las grasas omega-3 y omega-6 y los investigadores médicos también están comenzando a darse cuenta y a enfatizar esta importancia. Jane Collins, una investigadora independiente que no está afiliada a la investigación comentó lo siguiente sobre el estudio: 3

“El procesamiento comercial de los alimentos destruye una cantidad significativa de ácidos grasos esenciales, junto con su capacidad de oxigenación…Los aceites poliinsaturados son inestables y se pone rancios muy rápido. Los ácidos grasos oxidados son peligrosos para nuestra salud.

La peroxidación y el estrés oxidativo son factores importantes en este daño. Más daños también son causados por el calentamiento de las grasas poliinsaturadas en la cocina (particularmente el freír los alimentos).

Muchas pruebas de investigación sobre las omega-3 no consideraron la relación entre los ácidos grasos esenciales omega-3/6 que es vital para el equilibrio eicosanoide. La relación adecuada entre las grasas omega-3 y omega-6 es fundamental para una salud holística para todos. Creo que por medio de una intervención alimenticia sencilla las complicaciones de la diabetes como la retinopatía y la nefropatía, podrían mejorarse o prevenirse…

La fertilidad y reproducción saludable se basan fundamentalmente en una buena nutrición, incluyendo los EFA (ácidos grasos esenciales) en abundancia. La mala salud materna es una causa de preocupación y podría predecir la mala salud en las siguientes generaciones.”

La Alimentación del Sur Aumenta el Riesgo de Derrame Cerebral

En noticias relacionadas, los investigadores de la Universidad de Alabama en Birmingham recientemente presentaron los resultados de un estudio en la Conferencia Internacional sobre Derrames Cerebrales anual en Hawái, 4 en el que se encontró que las personas que llevan una alimentación tipo “sureña”, conocida por sus alimentos fritos, tuvieron un alarmante aumento del 41 por ciento en el riesgo de derrame cerebral. Los afroamericanos tuvieron un riesgo mayor- un increíble 63 por ciento en comparación con aquellos que se abstuvieron de dichos alimentos. La investigadora principal, Suzzane Judd, PhD, le dijo a ABC News:5

“La alimentación es un factor de riesgo de los derrames cerebrales. Lo más sorprendente de lo que encontramos fue que comer ciertos alimentos en la alimentación tipo sureña- alimentos fritos, carnes de órganos, mollejas, té dulce- incluso cuando se consideran otros factores como fumar, la obesidad y la actividad física, las personas siguen experimentando un aumento de un 30 por ciento en el riesgo de derrame cerebral.”

El Equilibrio lo es Todo…

La ciencia es fuerte y clara: el equilibrio adecuado de los ácidos grasos omega-3 y omega-6 es esencial si desea estar lo más sano posible. En realidad existen dos problemas relacionados con la forma en que estas grasas están siendo consumidas por la mayoría de los occidentales en la actualidad:

  1. La mayoría de las personas consume muchas grasas omega-6 en comparación con las grasas omega-3. La relación ideal entre las grasas omega-3 y omega-6 es de 1:1, pero en la alimentación occidental convencional está entre 1:20 y 1:50.
  2. El occidental convencional está consumiendo muchas grasas poliinsaturadas (PUFA) en conjunto, que es un problema por donde se vea.

Así que la mayoría de las personas consume la cantidad equivocada- Y la relación incorrecta de estas grasas. Tanto las omega-3 como las omega-6 son PUFA y ambas son esenciales para su salud, pero cuando se consumen grasas omega-6 en exceso, puede volverse un problema- y el problema es aún mayor cuando son dañadas por el procesamiento. Como grupo, cuando se consumen en relaciones incorrectas, los PUFA tienden a estimular el proceso inflamatorio en su cuerpo, en lugar de inhibirlo.

Uno de los problemas con los PUFA es que son químicamente inestables y altamente susceptibles a ser alterados y desnaturalizados por lo que los rodea. Piense en lo que sucede con los aceites en su despensa- son susceptibles a ponerse rancios como resultado de la oxidación. En su cuerpo, los PUFA son sometidos a un proceso similar cuando son expuestos a bioproductos tóxicos de proteínas y azúcares- especialmente la fructosa. Esta es una de las razones por la que la mayoría de los suplementos de aceite de pescado tienen una vida útil tan corta y muchos ya están oxidados antes de llegar a la botella.

Consumir grasas oxidadas (ya sea en forma de aceites vegetales procesados ricos en omega-6 o aceite de pescado rancio rico en omega-3) puede hacerle más daño a su cuerpo que beneficiarlo. Cuando usted come muchos PUFA, cada vez se incorporan más a sus membranas celulares.

Debido a que estas grasas son inestables, sus células se vuelven frágiles y propensas a la oxidación, lo que conduce a todo tipo de problemas de salud, como la aterosclerosis. Creo que la falta de omega-3 es uno de los problemas de salud más serios que aquejan a la sociedad contemporánea hoy en día, además de la deficiencia de vitamina D. Pero al mismo tiempo tenemos el problema de que simplemente consumimos muchas grasas omega-6 procesadas y dañadas en el equilibrio incorrecto con las grasas omega-3.

Cómo Equilibrar su Relación Omega 6:3

Las principales fuentes de omega-6 de las que se beneficiaria de reducir incluyen:

Aceite de maíz

Aceite de canola

Aceite de soya

Grasas hidrogenadas o parcialmente hidrogenadas

Margarina

Manteca

Sólo lea las etiquetas de los alimentos y condimentos que compra y busque la abundancia de los aceites. Es muy difícil encontrar cualquier tipo de alimento procesado o empaquetado que no contenga estos aceites. Le recomiendo evitar todos los anteriores ya que solo empeorarán su relación entre las grasas omega-3 y omega-6. Los aceites aceptables incluyen:

  • Aceite de oliva extra virgen de alta calidad
  • Aceite de coco
  • Aguacates
  • Mantequilla orgánica proveniente de animales alimentados con pastura
  • La grasa extraída de la cocción de animales sanos también puede ser utilizada

Otra forma de mejorar la relación entre las omega 6:3 es cambiar el tipo de carne que come. Podría consumir más carne de venado u de otros animales de caza que se alimentan únicamente con pastura. Tome en cuenta que debido a casi todo el ganado es alimentado con granos, si usted come carne común, esto sólo empeorará su relación entre las grasas omega-6 y omega-3. Sin embargo, la carne proveniente de animales alimentados con pastura mejorará la relación entre estas dos grasas y son una mejor opción para usted.

Limitar el Consumo de Omega-6 Durante el Embarazo Podría ser la Clave para un Bebé con Peso Saludable

Como mencionó Collis en la parte de arriba, la fertilidad y la reproducción dependen de una buena nutrición y los ácidos grasos esenciales (EFA) son absolutamente críticos en este sentido.

EFA es un término que se refiere a los PUFA que su cuerpo necesita pero que no puede producir (o convertir de otras grasas), así que deben ser obtenidos de su alimentación. Tradicionalmente, son sólo dos grasas las que se consideran “esenciales”- ALA (una grasa omega-3) y LA (una grasa omega-6). Sin embrago, sabemos que son las derivadas de cadena larga- ácido araquidónico, DHA y EPA- las más importantes para su cuerpo. (Aunque tiene enzimas para convertir el LA en estas grasas de cadena larga (ALA, DHA y EPA), la conversión no es lo suficientemente eficiente para un crecimiento cerebral y desarrollo óptimo.)

De acuerdo con una investigación reciente,6 limitar su consumo de grasas omega-6 y aumentar el consumo de grasas omega-3 durante el embarazo puede dar lugar a un bebé más sano. Los investigadores examinaron la relación entre los niveles de PUFA de la mamá y la composición corporal de sus bebés en 250 pares de mamá y bebé. Los niveles de omega-6 en la sangre de las madres durante el embarazo estuvo positivamente correlacionado con la masa grasa de sus hijos a la edad de cuatro y cinco años. Uno de los co-autores del estudio, Dra. Rebecca Moon, le dijo a Food & Drink Europe: 7

“Los PUFA omega-6 y omega-3 parecen actuar en direcciones opuestas en la masa grasa, pruebas anteriores han tratado de utilizar la suplementación de omega-3 para reducir la masa grasa, pero los resultados sugieren que ese enfoque podría funcionar mejor cuando se combina con una reducción en el consumo de grasas omega-6.”

¿Necesita un Suplemento de Omega-3?

Realmente creo que la mayoría de las personas se beneficiaria de tomar un suplemento de omega-3 de origen animal y alta calidad, además de reducir su consumo de grasas omega-6- las cuales se obtienen de los alimentos procesados. A mi juicio, el aceite de krill claramente es la mejor opción cuando se trata de obtener grasas omega-3 de origen animal y de alta calidad. Ya que contiene EPA y DHA en una estructura de cadena doble de fosfolípidos que hace que sea mucho más absorbible que las grasas omega-3 en el aceite de pescado.

El aceite de krill también contiene vitamina E, vitamina A, vitamina D y astaxantina natural, que es un potente antioxidante que ayuda a evitar la ranciedad. Las investigaciones han demostrado que la potencia antioxidante del aceite de krill es, en términos de valores ORAC (Capacidad de Absorción de Radicales de Oxígeno) 48 veces más potente que el aceite de pescado.

Como se mencionó anteriormente, la importancia de un equilibrio adecuado entre las grasas omega-3 y omega-6 simplemente no puede ser subestimada. Si quiere aumentar su salud en general y su nivel de energía, así como prevenir problemas de salud como las enfermedades cardiacas, el cáncer, la depresión, el Alzheimer, la artritis reumatoide, la diabetes, la colitis ulcerosa y otra serie de enfermedades, una de las estrategias más importantes a su disposición es aumentar el consumo de grasas omega-3 y reducir el consumo de grasas omega-6 procesadas.

+ Fuentes y Referencias