Porque el Ejercicio Debería Formar Parte del Cuidado Estándar del Cáncer

Ejercicio en Personas con Cancer

Historia en Breve -

  • Nuevas investigaciones sugieren que los oncólogos no están aconsejando apropiadamente a sus pacientes sobre la necesidad de hacer ejercicio, lo cual algunas organizaciones actualmente creen que debería formar parte del cuidado estándar del cáncer
  • Hacer ejercicio durante y después del tratamiento contra el cáncer puede reducir el riesgo de morir a causa de este, así como el riesgo de recurrencias, aumentar la energía y minimizar los efectos secundarios del tratamiento contra el cáncer convencional
  • Investigaciones anteriores han demostrado que los pacientes con cáncer de mama y de colon tienen la mitad de la tasa de recurrencia que las personas que no hacen ejercicio
  • El ejercicio ayuda a disminuir el riesgo de cáncer y mejora los resultados mediante la normalización de sus niveles de insulina, disminución de los niveles de estrógeno y testosterona y mejora de la circulación de las células inmunológicas en la sangre
  • Otro grupo de personas a las que muchas veces se les aconseja no hacer ejercicio son a las personas que sufren de problemas cardíacos, sin embargo un estudio noruego sugiere que incluso el entrenamiento a intervalos de alta intensidad puede ser una opción segura para los pacientes que se están recuperando de un ataque cardíaco o una cirugía cardíaca

Por el Dr. Mercola

Cada vez más evidencia demuestra que el ejercicio no sólo puede ayudar a que los pacientes con cáncer mejores sino que también puede evitar que regrese. Sin embargo, pocos oncólogos les recomiendan a sus pacientes hacer ejercicio más allá de sus actividades normales diarias.

Y muchos pacientes con cáncer se niegan a hacer ejercicio o incluso a platicarlo con su oncólogo.

Un estudio reciente1 realizado por la Mayo Clinic investigó los hábitos de ejercicio entre los pacientes con cáncer y los roles médicos relacionados con el asesoramiento y encontró que:

“Los participantes mencionaban sus actividades normales diarias como su fuente de ejercicio. Los síntomas, particularmente relacionados con el tratamiento, desalentaron la participación, el miedo a lastimarse fue de gran preocupación sólo entre las mujeres jóvenes. El ejercicio fue reconocido como importante tanto para el bienestar físico como el mental, sin embargo rara vez se le reconoció como un medio para mitigar los síntomas.

…Aunque los encuestados preferían recibir orientación por parte de oncólogo, ninguno reportó recibir una recomendación que fuera más allá de “mantenerse activo”. La falta de orientación generalmente fue aceptada como una sanción de los niveles de actividad actuales. Los participantes parecieron menos receptivos con la orientación brindada por profesionales de la salud auxiliares.”

Una Importante Charla que Debería Tener con su Oncólogo

El miedo de que el ejercicio pudiera ser dañino no tiene fundamentos, aunque ciertamente es entendible. Puede ser difícil entusiasmarse por el hecho de hacer ejercicio si está batallando con problemas como nauseas, fatiga y otros efectos secundarios relacionados con el tratamiento. Sin embargo, podría ser de gran ayuda pensar en los beneficios que pueden obtenerse del ejercicio. Por ejemplo, las investigaciones han demostrado que hacer ejercicio durante y después del tratamiento contra el cáncer puede:

  • Reducir el riesgo de morir a causa del cáncer
  • Reducir el riesgo de reincidencia
  • Aumentar la energía y minimizar los efectos secundarios del tratamiento contra el cáncer convencional (Vea más puntos en la parte de abajo)

El hecho de que la mayoría de los oncólogos pasen por alto este aspecto vital en el tratamiento contra el cáncer de sus pacientes es algo sumamente lamentable, en especial considerando cómo la mayoría de los pacientes aplazan las recomendaciones. Sin embargo, no es algo inesperado. Los médicos convencionales están entrenados para prescribir medicamentos, no ejercicio.

Lo ideal sería que prescribieran el ejercicio de la misma manera en que prescriben medicamentos- en “dosis” específicas y a intervalos. Para hacer esto adecuadamente, los oncólogos deberían relacionarse con entrenadores personales y prescribir sesiones de entrenamiento a sus pacientes. Si usted tiene cáncer, le recomiendo encarecidamente que hable sobre este tema con su oncólogo y que trabaje con alguien que se especialice en el ejercicio para pueda ayudarlo a diseñar un régimen seguro y eficaz.

El Ejercicio Necesita Formar Parte del Cuidado Estándar del Cáncer

Un reporte reciente publicado por la organización británica Macmillan Cancer Support2 argumenta que el ejercicio realmente debería formar parte del cuidado estándar del cáncer. Recomienda a todos los pacientes que reciben tratamiento contra el cáncer deberían ser informados sobre el hecho de hacer ejercicio a intensidad moderada durante dos horas y media por semana, afirmando que la recomendación de reposo y tomarse las cosas con calma después de recibir el tratamiento es una idea anticuada.

La organización ofrece un montón de información útil sobre los beneficios del ejercicio en pacientes con cáncer en su página web y también tiene un gran número de videos sobre el tema, que están disponibles en su canal en YouTube.3

De acuerdo con Ciara Devane, jefa ejecutiva de Macmillan Cancer Support:4

“Los pacientes con cáncer quedarían sorprendidos si supieran cuantos beneficios pueden obtener de la actividad física en cuanto a su recuperación y salud a largo plazo, en algunos casos reduce las probabilidades de atravesar por la terrible experiencia del tratamiento una y otra vez…”

De hecho, la reducción del riesgo de recurrencia es muy impresionante. Investigaciones previas han demostrado que los pacientes con cáncer de mama y color que hacen ejercicio regularmente tienen la mitad de la tasa de recurrencia que los pacientes que no hacen ejercicio.5 Macmillan Cancer Support también señala que el ejercicio puede ayudarlos a mitigar algunos de los efectos secundarios comunes del tratamiento contra el cáncer convencional, incluyendo:

Reduce la fatiga y mejora los niveles de energía 

Controla el estrés, la ansiedad, la depresión o el bajo estado de ánimo

Mejora la salud ósea

Mejora la salud cardiaca (algunos medicamentos de quimioterapia y radioterapia pueden causar problemas cardíacos más tarde)

Fortalece los músculos, alivia el dolor, mejora el rango de movimiento

Mantiene un peso saludable

Mejora el sueño

Mejora el apetito

Evita el estreñimiento

Cómo el Ejercicio Pueden Mejorar los Resultados del Cáncer

Este es un tema muy cercano y querido para mí, ya que fui a la escuela de medicina en gran parte porque quería utilizar el ejercicio como herramienta terapéutica para ayudar a las personas a estar más sanas. Creo firmemente que sin el ejercicio, es prácticamente imposible alcanzar una salud óptima. La falta de ejercicio también puede obstaculizar bastante los esfuerzos por recuperar se la enfermedad una vez que esta se ha desarrollado.

En un estudio realizado en el 20056 por investigadores de la Facultad de Medicina de Harvard, se descubrió que las pacientes con cáncer de mama que hacían ejercicio moderadamente durante unas tres a cinco horas a la semana, redujeron sus probabilidades de morir a causa de cáncer a casi la mitad, en comparación con las pacientes sedentarias. De hecho, cualquier cantidad de ejercicio a la semana aumenta las probabilidades del paciente de sobrevivir al cáncer de mama. Este beneficio se mantuvo constante, independientemente de que a la paciente se la haya diagnosticado antes o después de que el cáncer ya se había extendido.

Del mismo modo, los investigadores estudiaron el impacto de la actividad física en la recurrencia y supervivencia de los pacientes con cáncer de colon en etapa III y descubrieron que los pacientes con más actividad física disminuyeron el riesgo de recurrencia a casi la mitad.7

Una de las razones principales por las que el ejercicio funciona tan bien en la disminución del riesgo de cáncer es porque reduce los niveles de insulina y controlar los niveles de insulina es una de las formas más poderosas de reducir el riesgo de cáncer. También se ha sugerido que la apoptosis (muerte celular programada) es desencadenada por el ejercicio, lo que hace que las células de cáncer mueran.

Esta teoría fue demostrada en dos estudios publicados en el 2006. En uno, los ratones que corrían en ruedas desarrollaron menos tumores en la piel y de menor tamaño.8 El segundo estudio descubrió que el ejercicio redujo el número y tamaño de pólipos intestinales.9

Los estudios también encontraron que el número de tumores disminuyó junto con la grasa corporal, lo cual podría ser un factor adicional. Esto se debe a que el ejercicio ayuda a disminuir los niveles de estrógeno, lo que explica por qué el ejercicio resulta ser especialmente benéfico contra el cáncer de mama.

Si usted es hombre, tome en cuenta que los atletas tienen niveles más bajos de testosterona circulante que las demás personas y parecida a la relación entre los niveles de estrógeno y el cáncer de mama, la testosterona es conocida por influir en el desarrollo del cáncer de próstata en los hombres. El entrenamiento de fuerza podría ser particularmente benéfico. En un estudio realizado en el 200910 , los hombres que hacían ejercicio con pesas regularmente y tuvieron la mayor fortaleza muscular, tuvieron un probabilidad de un 30 a 40 por ciento menor de fallecer a causa de un tumor mortal.

Otras investigaciones han demostrado que:

  • Hacer ejercicio moderadamente durante seis horas a la semana podría reducir la mortalidad del cáncer colorectal11
  • Tres horas de actividad física a una intensidad moderada a la semana podrían disminuir el riesgo de mortalidad a causa del cáncer de próstata en casi un 30 por ciento12, y disminuir la tasa de progresión de la enfermedad en un 57 por ciento13

Por supuesto que el ejercicio también mejora la circulación de las células inmunológicas en su sangre, cuyo trabajo es neutralizar los patógenos de su cuerpo. Mientras mejor circulen las células, más eficiente será el sistema inmunológico en localizar y defenderlo contra los virus y enfermedad, incluyendo el cáncer, que estén tratando de atacarlo.

Consejos Sobre el Ejercicio para los Pacientes con Cáncer

Le recomiendo encarecidamente que lea sobre mi programa Peak Fitness, que incluye ejercicios de alta intensidad que pueden reducir su tiempo de ejercicio mientras que mejora los beneficios.

Ahora bien, si usted padece de cáncer o cualquier otra enfermedad crónica, por supuesto necesitara adaptar la rutina de ejercicios a sus circunstancias individuales, tomando en cuenta su condición física y salud actual. Muchas veces, será capaz de seguir un programa de ejercicios regular- uno que incluya una variedad de ejercicios como los de estiramiento, de fuerza, aeróbicos y anaeróbicos- en los que hacer cambios no es muy necesario. Sin embargo, a veces es posible que necesite bajar la intensidad de los ejercicios o hacerlos durante sesiones más cortas.

Siempre escuche a su cuerpo y si siente que necesita un descanso, tómese el tiempo de hacerlo. Pero incluso hacer ejercicio sólo unos minutos es mejor que no hacer nada y notará que su condición física irá en aumento y será capaz de completar ejercicios más complicados con el paso del tiempo.

En caso de que usted tenga un sistema inmunológico sumamente debilitado, lo mejor es que haga ejercicio desde su casa en lugar de ir a un gimnasio público. Pero recuerde que el ejercicio lo ayudará a estimular su sistema inmunológico, por lo que es muy importante que continúe con su programa, incluso si padece de enfermedades crónicas o cáncer.

El Ejercicio de Alta Intensidad También Podría Ser Seguro para los Pacientes con Enfermedades Cardíacas

Otro grupo de personas que muchas veces es desalentado cuando se trata de hacer ejercicio son las personas que sufren de problemas cardíacos, pero esto está comenzando a cambiar. En un cambio radical en la forma en cómo los pacientes se recuperan de los ataques cardíacos o cirugías del corazón, un nuevo estudio14 sugiere que el ejercicio de alta intensidad podría ser una opción segura.

El estudio siguió a 4,800 pacientes noruegos con problemas cardíacos que hacían ejercicio aeróbico. Sólo ocurrieron tres paros cardíacos en más de 170,000 horas de ejercicio de alta intensidad en estos pacientes.

De acuerdo con Reuters:15

“El número era muy pequeño para decir con seguridad que el ejercicio de alto impacto es igual de seguro que los ejercicios moderados, pero demostraron que el riesgo en general a causa del ejercicio en personas con paro cardíaco es muy bajo, de acuerdo con los autores. Existe evidencia suficiente que demuestra que mientras más intenso sea el ejercicio, mayores serán los beneficios para la función cardiovascular, dijo Oeivind Rognmo, un investigador de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Trondheim, Noruega y el principal autor de este estudio…”

Los participantes completaron ejercicios tanto moderados como de alta intensidad, con un total de 129,456 horas de ejercicio a intensidad moderada y 46,364 horas de ejercicio a alta intensidad. Los ejercicios a intensidad moderada incluyeron una hora de caminata u otros ejercicios que resultan en un esfuerzo de un 60-70 por ciento de la frecuencia cardíaca máxima. Los ejercicios de alta intensidad considerados con intervalos de cuatro minutos (bicicleta, correr o esquiar), colocando tu frecuencia cardíaca en más de un 85-95 por ciento, seguido de periodos de descanso de cuatro minutos.

Durante las más de 129,000 horas combinadas de ejercicio a intensidad moderada, una persona murió por un ataque cardíaco. Y durante las más de 46,000 horas de ejercicio de alta intensidad, dos personas sufrieron de ataques cardíacos durante o después de una hora de haber hecho ejercicio, pero ambas sobrevivieron. De acuerdo con el autor principal del estudio:16

“Encontramos que ambos tipos de intensidades estaban relacionadas con bajas tasas de eventos…Pienso que el ejercicio de alta intensidad debería ser considerado como parte del tratamiento de las personas con enfermedad coronaria.”

Recuerde Siempre Escuchar a su Cuerpo

Uno de los principios clave que enseño y en cual creo firmemente es en el hecho de escuchar a su cuerpo. Esto aplica en todo sin importar su estado de salud actual. Si su cuerpo no le permitiera hacer ejercicio ya sea por dolor o por una enfermedad, entonces no tiene otra opción más que hacerle caso a las señales de su cuerpo y hacer menos ejercicio.

A pesar de que su cuerpo necesita desesperadamente del ejercicio para mejorar, sólo empeorará si sobrepasa sus límites. Así que probablemente sea necesario ir paso a paso u comenzar con sólo algunos minutos al día. Eso está bien. Ya que su cuerpo irá mejorando su condición física y su tolerancia al ejercicio y lo mejor será que haga tanto como su cuerpo se lo permita con el fin de alcanzar un buen nivel de salud.

Estrategias Adicionales para Ayudar a Prevenir el Cáncer

Aunque el ejercicio es una faceta importante de la prevención y el tratamiento del cáncer, ciertamente no es la única. Creo que la mayoría de los tipos de cáncer podrían prevenirse si se siguen las recomendaciones de un estilo de vida saludable que incluyen:

Evitar el azúcar, especialmente la fructosa. Todas las formas de azúcar son dañinas para la salud en general y promueven el cáncer. Sin embargo, la fructosa es claramente una de las formas más dañinas y debería evitarse lo más que se pueda.

Optimizar los niveles de vitamina D. La vitamina D influye en prácticamente todas las células de su cuerpo y es uno de los combatientes más poderosos del cáncer. La vitamina D es capaz de entrar a las células de cáncer y provocar una apoptosis (muerte celular). Si usted tiene cáncer, sus niveles de vitamina D deberían estar entre 70 y 100 ng/ml. La vitamina D trabaja sinérgicamente con cualquier tratamiento contra el cáncer que conozco, sin tener efectos secundarios.

Evite las carnes carbonizadas. Las carnes al carbón están relacionadas con un aumento en el riesgo de cáncer. Se ha descubierto que la acrilamida- un carcinógeno creados cuando los alimentos se cocinan en exceso-también aumenta el riesgo de cáncer.

Evitar los productos de soya sin fermentar. La soya no fermentada es rica en estrógenos o fitoestrogenos, también conocidos como isoflavones. En algunos estudios, la soya parece trabajar junto con el estrógeno para aumentar la proliferación de células en las mamas, lo que aumenta las probabilidades de mutaciones y de desarrollo de células de cáncer.

Mejorar la sensibilidad de los receptores de insulina. La mejor manera de hacerlo es evitando el azúcar y los granos y asegurándose de hacer ejercicio, en especial ejercicios tipo Peak Fitness.

Mantener un peso corporal saludable. Esto se producirá naturalmente si come de acuerdo con su tipo nutricional y hace ejercicio adecuadamente. Es importante perder el exceso de grasa corporal porque la grasa produce estrógenos.

Tomar un cuarto de jugo vegetal orgánico al día. Por favor revise mis instrucciones para hacer jugos para obtener más información.

Obtener grasas omega-3 de alta calidad y origen animal como las del aceite de krill. La deficiencia de omega-3 es un factor común del cáncer.

Curcumina. Este es un ingrediente activo de la cúrcuma y en altas cantidades puede ser de gran ayuda en el tratamiento del cáncer. Por ejemplo, se ha demostrado que tiene potencial terapéutico para prevenir el cáncer de mama17.

Evitar tomar alcoholo o al menos limitar su consumo de bebidas alcohólicas a una al día.

Evitar los campos electromagnéticos lo más que pueda. Incluso las sabanas eléctricas pueden aumentar su riesgo de cáncer.

Evitar la terapia de reemplazamiento de hormonas sintéticas, en especial si tiene factores de riesgo de cáncer de mama. El cáncer de mama está relacionado con el estrógeno  y de acuerdo con un estudio publicado en el Journal of National Cancer Institute, las tasas de cáncer de mama disminuyó con la reducción del uso de esta terapia. (Tiene riesgos similares que las mujeres jóvenes que usan anticonceptivos orales. Las pastillas anticonceptivas, que son hormonas sintéticas, han sido relacionadas con el cáncer de mama y cervical.)

Si usted experimenta síntomas menopausales, podría considerar el reemplazamiento hormonal bioidentico en su lugar, en esta terapia se utilizan hormonas molecularmente idénticas a las  que produce el cuerpo y no daña su sistema. Es una alternativa mucho más segura.

Evitar BPA, ftalatos y otros xenoestrogenos. Estos son compuestos parecidos al estrógeno que han sido relacionados con un aumento en el riesgo del cáncer de mama.

Asegurarse no tener deficiencia de yodo, ya que la evidencia relaciona la deficiencia de yodo con ciertos tipos de cáncer. El Dr. David Brownstein18, autor del libro llamado; Iodine: Why You Need It, Why You Can´t Live Without It, propone que la deficiencia de yodo está relacionada con el cáncer de mama. De hecho el yodo tiene propiedades anticancerigenas y se ha demostrado que mata las células de cáncer en las mamas.